Leyendo el libro Historia del diseño en América Latina y el Caribe (cordinado por Silvia Fernández y Gui Bonsiepe) hoy me detuve en el artículo La enseñanza del diseño, escrito por Heiner Jacob.
Jacob –egresado de la hfg ulm y con una gran trayectoria en Alemania y en otros lugares del mundo, sobre todo en el área de identidad corporativa– da comienzo explicando de una manera clara y transparente la historia de la educación del diseño, haciendo un hincapié en Alemania pero también trazando paralelos a las situaciones de otros países como Inglaterra o Suiza. A mi juicio, el texto se pone interesante cuando llega a la cuestión de fondo: no la narración de lo que ha sucedido hasta ahora sino lo que debería suceder de aquí en adelante. En pocas palabras: cómo se debería enseñar diseño mirando hacia adelante.
Ahora yendo un poco más al fondo de la cuestión, ¿cuáles son las claves que Jacob propone? En un recorrido sintético, él las enumera de la siguiente manera:
- Redefinir el enfoque de los planes de estudio futuros
- El cambio de entrenar a estudiar
- Considerar un buen balance entre el trabajo académico y el estudio proyectado
- Cambio de foco del enseñar al aprender
- Definir, detalladamente, las capacidades del futuro diseñador
- Reconsiderar el lugar del diseño en universidades
- Reconsiderar el modelo de comunicación entre las instituciones
Lo que me interesó en particular es el punto de la incertidumbre sobre el futuro. Jacob dice que los planes de estudio «deberían basarse en el supuesto de que los futuros diseñadores necesitan estar preparados para adaptarse al cambio contínuo». Y me gustaría hacer un vínculo ahí con lo que ha escrito el filósofo francés Edgar Morin en un pequeño libro editado por la Unesco llamado Seven complex lessons in education for the future. Morin dedica un capítulo a Confronting uncertainties o de como enfrentarse a lo incierto: «we should learn to navigate on a sea of uncertainties, sailing in around islands of certainty». Me arriesgaría a decir que Jacob y Morin concuerdan en que un futuro incierto paraliza y no permite tomar riesgos. Y como sabemos, el diseño –tan ligado a la innovación– sin riesgos no va para ningún lado y se limita a repetir formulas probadas y aprobadas (muchas veces en otros contextos).
Tanto el artículo de Jacob –inserto en el libro ya mencionado– como el libro de Morin –disponible de manera gratuita en formato PDF– me parecen de lectura recomendables.
Nota extra: No es un dato menor que Jacob sea profesor de la escuela de diseño de Colonia –renombrada hace unos años como KISD (Köln International School of Design)– una de las escuelas más interesantes en lo que respecta a esta visión particular del diseño con vistas al futuro. Para quienes tengan a mano un ejemplar del el número 74 de tpG, busquen en la sección conTexto el artículo Un enfoque holístico en un entorno multidisciplinario, escrito por Thomas Bley, quien fuera Decano de esta escuela cuando todavía se la llamaba Fachhochschule Köln.